A ver si me acuerdo....: enero 2009

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Las Hermanas "Leche" y el Primo G. Claudio

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Porque? Se preguntaba Hidalgo. Que fallo? Pero el varoncito nunca llegaría.

Fueron naciendo cada dos años. Siempre hembras. Ningún varón, y como al final llegaron a ser cuatro, todas tuvieron por primer nombre "María". Como las "Tres Marías" pero en versión cuatro.
Y es que algo fallo. Los extraordinarios rasgos masculinos de la madre fueron tan dominantes que nada o poco pudo aportar la fina y delicada gracia de un pálido alfeñique descendiente en primera generación de inmigrantes italianos como lo era Hidalgo Leche.

Con apenas metro cincuenta y cinco de estatura, los casi dos metros de su morena pretendiente fue motivo de controversia para muchos, desencadenando entre los callejones grises de los “Barrios Altos” de la Lima antigua, el chisme atrevido, barato, burlón.

Eran cuatro Marías que de la madre heredaran el sexo y esa caprichoso gen extraviado que las hacia especial, sobre todo en cantidades exageradas de testosterona. Del padre mas bien, recibirían la pasividad cínica, disimulada y resentida, propias del fascista italiano venido a menos en un país de mayoría indígena y criolla. Donde los cholos “cholean” a los que son más cholos.

Pero a Hidalgo poco le importaba el "que dirán". Su familia, escandalizada por aquella desproporción, a fuerza, hicieron mutis. El destino de uno de los suyos acaba de ser asegurado al unirse convenientemente y a tiempo con la familia de aquella mulata.

Y las mojigatas pretensiones de indignación del rosario de hermanas y tías del que Hidalgo Leche gozaba, esta vez cedieron, dejando de lado el poder matriarcal que solían ejercer y como si fuera un acto de magia, los argumentos dieron paso a un silencio propicio y la generosa posición económica de la familia Reyes, se encargo de solucionar las diferencias raciales, de tonalidad, edad y estatura. Todos felices, la raza seria “mejorada”.

Continuara…


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